jueves, 24 de junio de 2010

De antologías

De los seis libros que tengo pendientes de leer en mi mesa de trabajo (¡quién tuviera más tiempo!) dos son antologías: La inteligencia y el hacha. Un panorama de la generación poética del 2000, a cargo de Luis Antonio de Villena (Visor, 2010) y Las moradas del verbo. Poetas españoles de la democracia, selección y estudio de Ángel L. Prieto de Paula. (Calambur, 2010).
Esta mañana en el instituto mi Jefe de Departamento nos ha regalado a cada uno de los profesores de Lengua castellana y Literatura una nueva antología, seguramente la más especial de las tres que aquí cito: Antología del Aula Literaria "Jesús Delgado Valhondo" (1995-2010); en coedición entre la Asociación de Escritores Extremeños y la Asamblea de Extremadura, esta publicación celebra los quince años de existencia de este aula literaria emeritense. Con presentación doble de Pilar-Nieves García Romero (su actual directora) y Francisco López Blanco, las casi doscientas páginas de versos aúnan en un sólo volumen una selección de textos (realizada con inteligencia por Elías Moro) de todos los autores que han pasado por ella en estos años; una nómina imprescindible de escritores contemporáneos (y no sólo españoles), comenzando por Francisco Brines y terminando en Antonio Gómez. La edición preciosa y cuidada, adornada fantásticamente por las ilustraciones de Encarna Ruiz Espejo. Enhorabuena y que sigan los éxitos.

domingo, 20 de junio de 2010

viernes, 18 de junio de 2010

Saramago eternamente

El escritor José Saramago ha muerto hoy, al mediodía. La noticia me llega lejos de casa y no puedo coger de mi biblioteca tres libros del portugués muy especiales para mí: una primera edición de Ensayo sobre la ceguera (el mejor para mí de los suyos), Todos los nombres y La caverna (la primera novela que me dedicó y la última).
Algunas fotos (pocas) tengo repartidas entre las estanterías y los libros; en una muy especial aparezco con Saramago y Julio Anguita cuando en febrero de 1999 visitaron Cáceres para un homenaje de Izquierda Unida al reciente Premio Nobel. Ya lo he contado en alguna ocasión, pero aquella noche fue muy especial porque gracias a Pilar del Río (que me cogió decidida y cariñosa del brazo) nos encerramos los dos con Saramago y Anguita en uno de los camerinos del Auditorio cacereño más de media hora. Charlamos pobremente de literatura y mucho sobre Montánchez, de sus costumbres y gastronomía, y abrieron regalos varios del partido comunista extremeño (recuerdo unos pendientes preciosos y una fina pluma de plata que el escritor inauguró firmándome su última novela entonces, Todos los nombres). Salí por una puerta trasera, con los ojos y el corazón asombrados, buscando ya fuera entre el gentío a mi preocupada madre.
Me encantaría tener ahora delante esta foto que tanta alegría me aportó en ese tiempo y que me descubrió a una persona y a un escritor que desde entonces seguí fielmente. Admiré su entrega, su sinceridad y su compromiso. Un hombre con una entereza y una fuerza sobrenatural. Siempre he necesitado un tiempo largo entre lectura y lectura de sus libros porque su tristeza y su pesimismo hacia el hombre se me contagiaban hondamente... Hoy se ha cansado ante la muerte y quiere repartir sus cenizas entre su tierra natal portuguesa (que nunca le entendió) y junto a un olivo en su casa canaria de Lanzarote, donde ha sido tan feliz con su mujer Pilar del Río (a la tercera le llegó el amor verdadero).
El hombre eternamente insatisfecho se ha ido; el escritor crítico y denunciador queda entre nosotros, con su luz limpia frente a negras sombras; qué gran vacío... y aquí sus versos:
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Pues el tiempo no para, nada importa
que los días vividos aproximen
el vaso de agua amarga colocado
donde la sed de vida se exaspera.
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No contemos los días que pasaron:
fue hoy cuando nacimos. Sólo ahora
la vida comenzó, y, lejos aún,
la muerte ha de cansarse en nuestra espera.
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domingo, 13 de junio de 2010

En el camino

Este pasado viernes se cerraba "oficialmente" el curso escolar en mi instituto emeritense celebrando por la noche la cena de graduación de 4º de ESO. Casi ciento cincuenta alumnos y nueve profesores decidimos juntarnos para cerrar este ciclo que para estos adolescentes se convierte en algo importante (aunque algunos critiquen su falta de compromiso e interés).
Y como todos los años (sé que por muchos que pasen uno nunca va a cambiar) me inunda cierta congoja cuando mis alumnos se acercan y emocionados te abrazan, te dan las gracias y quieren que poses en una foto para recordar nuestras clases, los muchos momentos compartidos. Y lo que no saben es que el agradecimiento es mutuo, el afecto también y que este profesor sigue aprendiendo de cada uno de sus alumnos más de lo que se pueden imaginar.
Soy muy afortunado. Gracias, muchas gracias a todos. Y suerte en el camino...

martes, 8 de junio de 2010

Estoy leyendo...

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CASI UNA CANCIÓN
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La vida se queda en nada.
Cuando tanto prometía,
del alba a la madrugada,
un día sí y otro día,
la vida se queda en nada.
La vida se queda en nada
y de aquel sol que lucía
sólo su brillo de espada
alumbra la vida mía.
La vida se queda en nada.
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ABELARDO LINARES
Y ningún otro cielo
(Tusquets, 2010)

viernes, 4 de junio de 2010

Helga de Alvear

Anoche estuve en la inauguración aquí en Cáceres del Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear. Para mí es un sueño que se materializa después de largos años de trabajo y de lentas pero certeras negociaciones. La Casa Grande de la calle Pizarro, a la que fui tantas veces cuando era universitario para arreglar horrorosos "papeles" de todo tipo (y que hoy sigo y sigo arreglando), no parece la misma; nostalgia por lo que se deja atrás y esperanzas grandes por lo que ha de venir. Todavía falta por construir la segunda fase, pero el camino ya está comenzado.
De las aproximadamente 2500 piezas que tiene la Fundación se muestran ahora unas 150 bajo el título "Márgenes del silencio", exposición ideada por José María Viñuela.
La Junta de Extremadura, el Ayuntamiento de Cáceres, la Diputación de Cáceres, Caja de Extremadura, la Universidad de Extremadura y la propia galerista constituyeron en noviembre de 2006 la Fundación Helga de Alvear; ella se vio arropada ayer por la ministra de Cultura, muchas autoridades regionales, provinciales y locales y sobre todo artistas de su colección y otros galeristas y expertos en arte de la escena nacional e internacional.
Yo sé que viví un momento histórico, importante no sólo para Cáceres (su capitalidad cultural para 2016 se ve reforzada con proyectos así) y para Extremadura, sino para toda España. Y por eso, tímido como nunca, me acerqué a Helga, le di un abrazo y me firmó con mucho cariño la elegante invitación junto a un gran árbol encalado, a primera vista seco como el viejo olmo de Machado pero también esperanzado en el milagro de aquella (esta) rama verdecida...
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(La foto que acompaña a esta entrada recoge una obra de Juan Muñoz titulada "Two figures, one pushed into the wall", que forma parte de la colección de la Fundación).
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miércoles, 2 de junio de 2010

Enorme y triste decepción

Esta mañana me llegaba por correo electrónico una noticia doblemente triste y decepcionante. Debo confesar que no me imaginaba algo así, aunque ya hace tiempo que las cosas no eran como hacía años; todavía no sé por qué. Aparecía hoy en el Diario de Cádiz y la reproduzco aquí completa:
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UN LIBRO PUBLICADO POR LA FUNDACIÓN ALBERTI
FUE MANIPULADO, SEGÚN SU AUTOR
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Los espacios habitados de Rafael Alberti, de Joan Carles Fogo Vila, no recoge todo el texto original, con la desaparición de nombres como el de Luis García Montero o la ausencia de referencias a Aitana Alberti.
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A finales del pasado mes de octubre se presentaba en la Fundación Rafael Alberti, en El Puerto de Santa María, el libro Los espacios habitados de Rafael Alberti, cuyo autor es Joan Carles Fogo Vila, un arquitecto barcelonés con inquietudes literarias que plasmó en su obra aquellas casas y paisajes que estuvieron ligados a la figura del poeta. La presidenta de la Fundación, María Asunción Mateo, presentó públicamente este primer número de la nueva línea editorial de la entidad, del que se editaron unos 500 ejemplares, en torno a los actos conmemorativos del décimo aniversario del fallecimiento de Rafael Alberti. Lo que no había trascendido hasta ahora es que tan sólo unos días después de la presentación del libro, el 7 de noviembre, Joan Carles Fogo remitió un burofax a María Asunción Mateo trasladándole sus quejas por la edición final del libro en el que, según la carta a la que ha tenido acceso este periódico, el texto original fue objeto de numerosas modificaciones sin el conocimiento del autor.
En el escrito se recogen de forma detallada las alteraciones que habría sufrido el texto original, del que se habían realizado dos pruebas (el 2 y el 5 de octubre) antes de enviarlo a imprenta en las que sí figuraba el texto completo. Según expresa en su carta el autor "han desaparecido del libro, sin mi autorización, los nombres de Luis García Montero, Teresa Sánchez Alberti, Benjamín Prado, Pedro Guerrero, José Monleón, Hilario Jiménez, Almudena Grandes, etc. Incluso una cita completa de cuatro líneas de Luis García Montero aparece, tras la modificación del archivo, como un texto mío (sin comillas, sin número de nota y sin la nota al final del capítulo, todos ellos desaparecidos). Tampoco se incluyeron varias anotaciones enviadas en mis últimas correcciones al texto (entre ellas una petición de texto a incluir por parte de Aitana Alberti, referente a dos dibujos de su madre, que se ha reproducido de manera incompleta)".
Para el autor, y según él mismo expresa en la carta, lo ocurrido manifiesta "un comportamiento intransigente (radicalmente contrario al planteamiento de mi libro) al no utilizar las aportaciones de reconocidos escritores sobre la obra de Rafael Alberti".
Este periódico pudo hablar ayer con Joan Carles Fogo, que hasta ahora no había querido denunciar públicamente lo ocurrido y se había limitado a trasladar a la presidenta de la Fundación su malestar.
Joan Carles Fogo explica que se dio cuenta de que el texto no estaba completo al leer el suplemento especial que publicó Diario de Cádiz el pasado 29 de octubre, en el que se reproducía el primer capítulo del libro en el que aparece la frase de Luis García Montero sin citar al autor. "Pensé que era un error" -explica- "pero luego, leyendo el libro, comprobé cómo faltaban muchos nombres que sí estaban en el texto corregido. Para el autor es "una lástima que a estas alturas pasen estas cosas, no tiene justificación" y asegura haberse llevado "una decepción". Añade también que es "una pena que estas fundaciones funcionen de un modo tan personal" . Para Joan Carles Fogo se trata, sobre todo, "de una falta de respeto muy grande, algo que no se puede admitir", señaló.
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En fin. Para satisfacción propia, mi nombre tachado en este libro (el primero que se confirma oficialmente; me cuentan que hay alguno más) se une al de amigos y admirados albertianos de primera fila: Luis García Montero, Teresa Sánchez Alberti, Benjamín Prado, Pedro Guerrero, José Monleón, Almudena Grandes, Aitana Alberti, Manuel Ramos Ortega y José Jurado Morales, entre otros. Ya se había oído y demostrado que este oficio de correctora (disfrazada de Inquisición) era su protocolo habitual; pero es doloroso saber de quién proviene porque representa a una institución con el nombre de uno de nuestros grandes poetas.
Esta tarde he conversado largamente con Joan Carles Fogo y me confirmaba su preocupación y su malestar; me ha enviado un ejemplar (que viene de camino) y un folio en el que redacta cuidadosamente todas las alteraciones y fragmentos eliminados de su libro Los espacios habitados de Rafael Alberti; una parte muy vistosa de la interesante tesis doctoral de este conocido arquitecto catalán que ha investigado las relaciones personales de la literatura del 27 con la arquitectura.
En la misma página del Diario de Cádiz, para colmo de males, a este árbol caído se le añade el lamentable asunto de las denuncias que ha presentado por escrito al Ayuntamiento de El Puerto de Santa María el todavía hoy secretario de la Fundación Rafael Alberti sobre presuntas irregularidades en la gestión de la entidad.
Y ella muy ofendida declara al periódico que está “harta” de tantas acusaciones que según ella son “mentira” y anunció que se marcha hoy mismo de El Puerto para no tener que escuchar más “falsedades”; “Quien tenga algo que decir de mí que me denuncie, no tengo por qué aguantar lo que se le ocurra a cualquier cretino”, dijo. No obstante, sobre la queja de Joan Carles Fogo negó ayer todas las acusaciones del autor y lo acusó de “ruin” y “mentiroso”, señalando que el texto original era “un desastre de mil páginas” y que esta persona “sólo quiere vender libros”.
Pena y vergüenza. Pobre Alberti, tan contrario a estas contrariedades; si levantara la cabeza...