sábado, 30 de octubre de 2010

Homenaje

Hoy Miguel Hernández (1910-1942) hubiera cumplido cien años. Lo dejaron morir, enfermo, asesinándolo, hace sesenta y ocho años. Alegrías, desgracias, miserias y versos, muchos versos. No lograron silenciar su voz. Tenía sólo 31 años...
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CANCIÓN ÚLTIMA
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Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.
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domingo, 24 de octubre de 2010

Felicidades otra vez

Luis García Montero ha recibido en México el premio "Poetas del Mundo Latino" en su XII edición a toda su trayectoria poética. Otro importante reconocimiento más a su valía, a su obra y a su autenticidad. Enhorabuena, maestro; felicidades, amigo.
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La dignidad es la huella de la conciencia

Ya tiene muchos años
y tal vez no ha cumplido su destino.
Nunca buscó la guerra, pero todas
las batallas más tristes
pasaron por la puerta de su casa.
Casi siempre ha perdido, y cuando los ejércitos
que decían luchar por sus ideas
gozaron la victoria,
comprendió los motivos
de su desconfianza.
Comprendía también que los sueños se pierden
y cambian de finales.
No quiso mendigar
delante del amor o de la muerte,
para que la limosna no manchase su orgullo.
Es el orgullo seco un último refugio
de aquellos que conservan sus razones
después de haber perdido la esperanza.

Cuando sentada en el vagón del metro
ve llegar a la historia repleta de promesas,
triunfos, medallones y bolsas del mercado,
se suele levantar para dejarle asiento.
Es muy vieja la historia que se viste de joven,
tan vieja como ella,
y ni siquiera sabe dar las gracias.
Educada la mira, se aparta y le murmura
siéntese usted, señora,
yo me bajo en la próxima estación.

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(Poema inédito que leyó García Montero
con motivo de la entrega del premio)

miércoles, 20 de octubre de 2010

Miguel Moreno

Esta mañana ha muerto Miguel Moreno, Cronista Oficial de Soria, a los 84 años; llevaba en el hospital varias semanas y hace pocos días fui a visitarle... y a despedirme. Qué tristeza tan larga y qué tiempo escaso para compartir (tan sólo tres años) conversaciones, paseos y afectos.
Leo ahora en la prensa digital algunas cosas... Nacido en el pueblo soriano de Velamazán en 1927, ha ejercido de maestro y periodista (por el ingenio de su lenguaje se le bautizó como "Quevedo soriano") y, en su dilatada carrera profesional, fue director del periódico Campo Soriano y contribuyó a la puesta en marcha de las jornadas rito-gastronómicas de las matanzas del Virrey Palafox en El Burgo de Osma. Ha sido Cronista oficial de la ciudad de Soria durante los últimos 26 años e hijo adoptivo de la misma desde principios de la década de los noventa. Miembro titular del Centro de Estudios Sorianos (CES), era además Cronista oficial de Ágreda, San Pedro Manrique y Navaleno, y tenía en su poder el título de Soriano del Año (1987) y Comendador de la Orden Civil del Mérito Agrícola; además estaba en posesión de la Orden de Alfonso X el Sabio y en 1990 fue nombrado Caballero de Turismo de Castilla y León.
Estudioso de Soria y viajero hasta sus últimos rincones, ha publicado medio centenar de libros sobre la provincia, entre ellos Por los pueblos sorianos (1956 y 1970), obra declarada de interés turístico nacional; su último libro, La Torre Nueva de Velamazán, fue publicado en septiembre de 2009.
El Ayuntamiento de Soria ha decretado dos días de luto por su fallecimiento; y por decisión de todos los grupos políticos han decidido hoy dedicarle una calle en la ciudad, destacando el profundo conocimiento y "el sincero aprecio por esta tierra y sus gentes".
Otra voz insustituible que se apaga. Recuerdo en este momento con melancolía sus palabras de ánimo cuando gracias a su entusiasmo me nombraron Cronista de Montánchez; y también aquel verano de 2008 en el que nos hizo a Emma y a mí un recorrido largo y hermoso por Soria y sus alrededores (en la foto estamos los tres delante de Santo Domingo), siguiendo con detalle en atención a mis predilecciones los pasos de Antonio Machado (publicó en 1975 un libro fantástico titulado Apuntes y ocurrencias sobre "La tierra de Alvar González y "Campos de Castilla"). Su casa de Pedraza, llena de recuerdos y de vida, estaba siempre con las puertas abiertas; qué rico el vino que nacía en su bodega, cómo cuidaba las amistades, cuánta generosidad y cuántos regalos en todas las ocasiones. Repaso lentamente las dedicatorias de sus libros (al "colega" y a la "presunta"), las fotografías, las cartas. Todos sus recuerdos me llegan ahora desordenados, se presentan golpeándome a la vez la cabeza y el corazón. Me acuerdo mucho de Maruja y me gustaría darle ahora mismo un abrazo fuerte y sostenido. Qué pena que tanta luz se apague, que tu inteligencia enmudezca en tu ausencia. Un hombre bueno, grande, cariñoso. Nosotros dos también te querremos siempre, D. Miguel. Descansa en paz. Ya te echo de menos, querido amigo.

domingo, 17 de octubre de 2010

Exposiciones literarias

Hemos pasado parte del puente del Pilar en Madrid para visitar con muchísimo interés tres exposiciones: una sobre Dalí y Lorca, otra sobre el centenario de la Residencia de Estudiantes y una tercera sobre Miguel Hernández.

"Dalí, Lorca y La Residencia de Estudiantes" se ha montado en el edificio de CaixaForum. Ocupa prácticamente la tercera planta y ha querido recoger la relación artística, literaria y sentimental que surgió entre los dos artistas desde 1923 a 1929. "Ha querido" porque es humanamente imposible reunir todo el material que nació en estos seis años de convivencia. Exposición no obstante rica y variada (aunque ningún material novedoso) que aporta al visitante mucha y buena información sobre lo que lograron hacer entre ambos. La etapa daliniana en la literatura de Lorca y la influencia lorquiana en la pintura de Dalí. Surrealismo, putrefactos, cartas y dedicatorias, cuadros, marionetas, varios "San Sebastianes" y numerosos libros y revistas. Muy recomendable.

Por su parte la Residencia de Estudiantes celebra en estos días el centenario del nacimiento de esta importante institución cultural: "100% Residencia. Una tradición recuperada"; aunque es verdad que todo lo que se recoge en ella ya se ha mostrado en otras ocasiones, son dignos de mención los dos audiovisuales que invitan a la reflexión y a un alucinante viaje en el tiempo. Hay además una habitación montada "como las de los años veinte" que bien merece regresar a la Resi sólo con esta excusa.


"Miguel Hernández. La sombra vencida" es la que más le ha gustado a Emma. Desde la Biblioteca Nacional se celebran los cien años del poeta de Orihuela, el pobre cabrero que llegó a este mismo edificio en los años treinta y donde no le recibieron ni con aplausos ni con abrazos. El profesor José Carlos Rovira ha coordinado con gusto y sabiduría esta exposición, digna y completa. Recorrido histórico y vital a través de libros, fotos, objetos personales, manuscritos y varios cuadros importantes entre los que destaco los de Benjamín Palencia y Maruja Mallo y el famoso carboncillo que dibujó Buero Vallejo retratando al poeta en la compartida prisión de Torrijos. Me quedo con tres objetos de Miguel Hernández: su maleta (vacía como siempre), una lechera (donde Josefina le llevaba leche a la cárcel y en la que sacaba poemas escondidos) y el papel higiénico en el que Miguel escribió cuatro cuentos a su hijo. El catálogo que recoge la totalidad de lo expuesto es excelente. Creo que es un buen punto y final para las celebraciones de este año hernandiano.

Me sigue sorprendiendo y emocionando a partes iguales la riqueza desbordada de los años 20 y 30 de la cultura española, lo que nos sigue aportando y lo que ciertamente sigue enseñándonos. Años irrepetibles, únicos, que tardarán mucho tiempo en nacer, si es que nacen...

sábado, 9 de octubre de 2010

Yo soy mi infancia

"Yo soy mi infancia y mi infancia es Monesterio", afirmaba rotundo y emocionado Manuel Pecellín Lancharro hace unos días en su pueblo natal, donde han bautizado con su nombre a una calle. Además presentaba allí su último libro Relumbre de espejuelos (Beturia, 2010) junto a mi admirado Eduardo Naranjo que ha dibujado la portada; el libro "más suyo", misceláneo, donde se desnuda en cuerpo y alma y recoge pensamientos y retazos de su vida repartidos en relatos, aforismos y personajes, algunos ya publicados y otros escritos o corregidos para esta publicación.
Me hubiera encantado estar allí, al lado de los dos amigos y de los dos maestros, como en Trujillo cuando Pecellín entró a formar parte de la Real Academia de Extremadura... Me gusta que se agradezcan las cosas a los que se las merecen y este detalle hermoso del pueblo natal a su hijo es justo y necesario. Felicidades, querido Manolo; que sigan las alegrías compartidas.

jueves, 7 de octubre de 2010

Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010

Regresando esta mañana en el coche, al salir de clase, la radio daba la noticia: El Premio Nobel de Literatura de este año recaía en el escritor peruano Mario Vargas Llosa, "por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota", explicaba concisamente la academia sueca.
Vargas Llosa también tiene nacionalidad española, nuestro país es su segunda casa; según sus palabras: "Soy peruano y lo que hago y vivo expresa el país en el que he nacido y vivido las experiencias fundamentales que marcan a un ser humano: la infancia y la juventud. El Perú soy yo aunque a algunos colonos no les guste. Fujimori no me reconocía como peruano y quería quitarme la nacionalidad. España me reconoció la nacionalidad y eso me salvó de convertirme en un paria".
Premio Cervantes 1994, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1986, miembro de la Real Academia desde 1994, periodista, político, ensayista, crítico literario,... y sobre todo novelista, de aquellos escritores únicos que formaron el llamado boom latinoamericano. Me alegro enormemente por este premio y por el premiado, como lector mucho más. Os recomiendo la lectura de dos novelas de Vargas Llosa que me entusiasmaron: La fiesta del Chivo (2000, su mejor libro) y Pantaleón y las visitadoras (1973). No cabe duda que hoy es un día de fiesta para la literatura y para la lengua española.